Hace tiempo que libremente decidimos no emplear términos
como “jamón ibérico de bellota o jamón ibérico de cebo de
campo” ni tampoco mencionar porcentajes de raza en nuestros
jamones, Gran Reserva y Reserva.
Nuestros cerdos son animales felices, viven en completa libertad durante al menos dos años, en su hábitat natural, las dehesas, campean en libertad y en armonía durante toda su vida. Se alimentan de hierbas frescas y bellota. Las bellotas contienen un alto nivel de ácidos grasos monoinsaturados, estos ayudan a reducir el “colesterol malo” y aumentar el “colesterol bueno” también son fuente de Vitamina E, un antioxidante. La hierba es una gran fuente de proteína y también de Vitamina E.
En Bartolomé Méndez no sólo se etiqueta un jamón por su procedencia o su raza, los fundadores de la empresa proceden de familias ganaderas, criadores del cerdo ibérico, por lo que desde el origen seleccionan los mejores ejemplares de la cabaña para conseguir unos cruces óptimos y unos excelentes animales, buscando siempre potenciar las virtudes de las razas autóctonas.
Clasificamos nuestros jamones de la misma manera exhaustiva que se viene haciendo desde hace más de 35 años, cuando empezamos, utilizando la etiqueta Gran Reserva, para los mejores ejemplares que son sacrificados al final de la montanera. Y utilizando la etiqueta Reserva para clasificar el resto de nuestra cuidadosa selección.
Dicho esto, producir un jamón de gran calidad es un proceso largo en los años. Conseguirlo depende de muchos factores, la alimentación y la raza son dos de los factores, pero hay más, la curación de un jamón es de más de 36 meses, en ese periodo pueden pasar muchas cosas, es por ello que vigilamos con mimo cada una de las piezas, dándole a cada una el tiempo que necesita en el proceso de curación, consiguiendo con esto unos matices únicos en nuestros jamones y paletas, donde el sabor tradicional y de antaño se aprecia en cada una de las lonchas de nuestras piezas.
La calidad final de Bartolomé Méndez es innegociable y por eso todas nuestras piezas son examinadas y caladas por nuestros profesionales antes de entregárselas a nuestros clientes, para asegurarnos de que el gran producto que se está llevando cumple las expectativas.
Llevamos más de 35 años en el mercado y os podemos asegurar que todo el que prueba uno de nuestros productos, repite, no sólo por el producto, también por el trato al cliente, ya que siempre intentamos facilitarle las cosas y si nuestros productos no cumplen sus expectativas lo sustituimos por otro en la máxima brevedad posible.
Seguiremos apostando por la tradición y el buen hacer.